domingo, julio 29, 2007

Viniendo el otro día a la oficina, un coche paró a mi lado por el lado del copiloto. Este, se asomó y me preguntó algo que no entendí. Al ver que le miraba estilo pez en pecera dijo: ah, no eres árabe, perdona... no digo más.

Un domingo más, aburrido en la oficina. Bastantes cositas por hacer, y leyendo las ofertas de trabajo que me llegan al correo. El filtro es bastante útil, ya que recibo los trabajos que más se parecen a lo que busco: Reponedor, repartidor, carretillero, cajera de supermercado, pescatero... Lucía, supongo que nos encontraremos en la sección de congelados. Mierda de webs. Algún día lo mismo hago un post del tema.
La que me alegra el día es la oferta de técnico de exportación de Ajo y Pimentón: Batiendo records con 5 semanas en lista... sale y sale y parece que no interesa a nadie.

Siempre me quedará el blog de cosas curiosisimas, hoy con las diez mejores demoliciones de chimeneas: Oro puro.

Este finde, de cuatro días ya que el miércoles era Santiago y me cogí el jueves libre, he pirado al Norte de Siria, dentro de mi programa de visitar Aleppo y Palmyra en 4 días.
La verdad es que era un plan muy precipitado, ya que la repentina marcha de mi Némesis femenina me dejó bastante descolocado. La existencia de un día libre a mediados de la semana imponía un plan, un viaje. Quedarse en Amman solo con el calor que hace no es algo que apetezca.

Mis alternativas eran ir a sacarme el título de buceo a Aqaba, planeándolo con tan solo dos días de antelación, lo cual me pareció bastante precipitado o una huida hacia adelante. Es decir, coger el pasaporte un taxi y huir de Ammán, hacia adelante.
Esta opción es la que mejor se adaptaba así que es la que elegí.

Como un colega estaba en Aleppo, al norte de Syria, cerquita de Turquía, lo tomé como destino. Dicho y hecho: El miércoles por la mañana estábamos Marco (Mi infatigable e inseparable nuevo compañero de viaje) y yo en taxi, camino del aeropuerto de Damasco para coger un vuelo al norte. Existen vuelos Amman - Aleppo por 86 euros, pero es que ir en taxi a Damasco cuesta 10 y el vuelo de 400 km a Aleppo 20 con Syrian Airlines, y encima puedes pasear un rato por Damasco antes del vuelo.

Ese era nuestro plan inicial, pero como como el viaje había sido organizado la tarde anterior, no teníamos billetes para volar, así que optamos por ir directamente al aeropuerto... aparte de que al calcular el tiempo del viaje me colé e íbamos muy apurados.
Como resultó que todos en el taxi íbamos al mismo sitio, el taxista nos ofreció un trato: En lugar de dejarnos en damasco y allí tener que coger uno de esos taxis enanos sin aire acondicionado, nos llevaba él directamente por un poco más. Como los taxis jordanos no pueden hacer servicios dentro de Siria, hubo que poner un poquito más para convencer a la policía en caso de que nos parasen.

Para evitar el caos de la capital, circunvalamos yendo por los arrabales, donde el ejército tiene sus bases. La verdad es que ver los tanques y jeeps que usan hacen pensar que como vengan los israelíes con palos de madera, lo van a pasar mal para no perder algo más que los Altos del Golán. Aquello era como ver una colección auténtica de reliquias rusas del pasado: Tanques, jeeps y furgonetas GAZ de la guerra fría.

Os adjunto una fotillo del aeropuerto. Degustad la construcción socialista y la poco recargada fachada.

La putada de Siria es que pertenece al eje del mal por lo cual sufre un bloqueo a la entrada de productos americanos, surtiendose en el caso de la aviación de aviones rusos o airbuses de 2ª mano. Es el problema de ser un país de pérfidos árabes, todos con turbante y sedientos de sangre cimitarra en mano!! je je.

Así, si ir en un avión con más retoques que Paula Vazquez no es suficiente, observad al pasaje que nos acompañaba. Si en España ir con uno de estos es motivo de bromas de dónde llevará la bomba metida, imagínate lo que puedes decir con todo el avión lleno.
Seguramente ellos pensarían de nosotros que llevábamos las maletas llenas de alcohol, revistas porno y mujeres desnudas.

Al final volamos en un Airbus con más años que la Vicepresidenta De la Vega, asientos deformados como el sofá de Homer Simpson y un catering a bordo que deja a nivel de Burger king al Bulli: Una magdalena (No envuelta, por supuesto) seguramente cocinada al calor de los reactores y un zumo de brick extrañamente muy naranja.

Lo bonito fue al aterrizar, viendo cómo según tomábamos tierra había pabellones industriales abandonado a 50 metros de la pista y unos chavales jugando a futbol junto a la misma. Un balonazo y seguro que nos tiran el avión abajo.

Una fotillo del día a día de estos países, el leit motiv continuo en tu cabeza de ojalá no me dé un apretón! Esta foto explica porque en mis viajes, al obligatorio pasaporte le acompaña siempre un rollo de papel higiénico y una tableta de Fortasec.

Poquito más que contar de este día. Simplemente que hacía un calor parecido a estar en el lado malo del aire acondicionado, pero de continuo. El viaje en taxi fue como abrir la puerta del horno cuando estás cocinando, pero de continuo.

La cena en el barrio cristiano, en un restaurante árabe buenísimo, super chulo. Un patio interior cubierto, con un violinista y decoración típica del lugar.

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