lunes, julio 30, 2007

Aaaaaah, another day, another dollar... Hoy es día de elecciones en Jordania, donde se vota alcalde, por lo que el Gobierno jordano decidió instaurar la fecha de hoy como festiva de forma que cada uno pudiese ir a depositar su voto.
A que no sabeis quién ha venido a currar hoy??

Además, es San Ignacio (Fundador de la Compañía de Jesús y que anteriormente se llamaba Iñigo Oñaz de Loyola. Se lo cambió por tener un nombre que existiese en latín y por tanto más universal... sin comentarios), mi santo. En el País Vasco es fiesta también, pero para mí no!! No se respetan mis derechos forales, ja ja!!! Curro más que Cálico Electrónico.

En fin, en ausencia de Lucía, lo celebraré solo, con un pastel y una vela en medio... (Pa qué coño querré la vela??


En fin. Sigo con el viaje a Aleppo y Palmyra.
La mañana del jueves la pasamos en la ciudadela de Aleppo, una fortificación construida sobre una colina artificial rodeada por un foso.
Es ciertamente impresionante ya que ha sido restaurada por el exterior y están actualmente trabajando en el interior. Es curiosa la imagen de decorado de spaghetti- western en Almería, perfecto por fuera, vacío poe dentro.
Dentro tiene una mezquita, unos baños turcos, depósitos de agua (Que aún guardan un alto grado de humedad), un palacio y jardines, entre otras cosas. Hay mil pasadizos que se pueden recorrer y unas vistas desde la muralla que te permiten divisar toda la ciudad y ver si el infiel cruzado se acerca.

Como últimamente estoy haciendo pruebitas con el editor de video y me parece que la mejor forma de que veais de lo que hablo es viendolo, os cuelgo lo que grabé. Es importante el sonido!!
Ya me contareis qué os parece.






En esta fotillo puede observarse una panorámica del norte de Aleppo con una bucólica columna de humo procedente de la explosión de un polvorín en una base militar merced a los 50º de los que disfrutábamos. Manda huevos que un pueblo del que no había oido hablar antes salga por partida doble en El Mundo cuando marcho para allá.

Debido a los diarios cortes de electricidad que afectan a Aleppo, nuestros anfitriones nos vinieron a buscar a la ciudadela y marchamos para el zoco. Simplente impresionante.
Dicen que es el zoco cubierto más grande del mundo, con más de 2,5 kilómetros de callejuelas con pequeños comercios donde venden desde pashminas y bufandas artesanales (Tirado de precio: Siria es tan barataaaaa, mmmmmm) hasta carne y visceras de cordero crudas(Lo cual ha asegurado que nunca en mi vida coma este tipo de carne en un zoco).
Eso sí, el coñazo de siempre: "Mister, mister, welcome!!", "Where are you from?? New Zealand, America, Germany, Israel??" "I have condoms, mister, all flavours!!"(Esto nos lo gritaba un vendedor de alfombras)

Otra de las cosas que molan de Aleppo es que Benetton, Adidas o Stefanel tienen sus fábricas allí y cuentan con tiendas por la ciudad. Lo bonito no fue solo que la ropa costaba 5 veces menos que en Europa sino que además estaban de rebajas, en algún caso del 50%!! Así me fui yo con cuatro camisas de Stefanel y 1 polo de Benetton. Y hubiera ido a más si no fuese porque la ropa está hecha para tirillas y en las camisas de Benetton no me entrasen los brazos. Lo curioso es que debido al corte de luz, las compras no las apuntaron en un libro de contabilidad, en lugar de hacerlo por ordenador.

En las fotos, Marco calculando precios finales con descuento incluido con una calculadora que encontró en una estantería. En la otra, la calle de las tiendas con la mezquita de cuatro minaretes al fondo . Esto es así por encontrarse rodeado por las 4 esquinas de iglesias cristianas.


Volviendo a casa para cambiarnos de ropa para salir por la noche, observese la pegatina en el parabrisas del Gran Hermano.

Lo bueno de este país es que al ser tan barato puedes alternar visitar el zoco por la mañana y tiendas diversas y a la noche irte a cenar y de copas al Sheraton.

La verdad es que lo pasamos bomba, disfrutando de nuestra condición de occidentales, marcándonos una conga por todo el hotel, bebiendo birra y con unos cohibas cubanos. Esa noche decidimos no ir a Palmyra ya que hacía demasiado calor (Me encanta que mis planes salgan bien) y la verdad es que a mí por lo menos me apetecía disfrutar de un poco de relajo, ese del que no disfrutamos los que tenemos solo 8 días de vacaciones.

Esa noche la voy a recordar siempre por lo a gusto que me sentí con esta gente estando tan lejos, y también por todas las cosas que hablamos.

Esta última foto ilustra cómo hay que apañarselas para ir 4 sentados en la parte trasera de un taxi tamaño caja de cerillas. Y es que aquí los taxis son todos como un Chevrolet o un Hunday modelo huevo.

Además, por el camino, el taxista tuvo que parar a abrirnos la ventanas (El muy pajaro había quitado las manillas para que no se las robasen) ya que hacía un calor que nos podíamos haber quedado.

El final de esa noche, en casa, quizá lo cuente otro día.

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