Nos preparamos para salir, se palpa la tensión. Fuera de la trinchera estaremos al descubierto y son unos 700 metros sin protección hasta el objetivo.
El resto de la gente se resigna, sabe que no hay otra, que solo queda enfrentarse a la suerte y esperar no caer.
En cualquier momento sonará el silbato y echaremos a correr, olvidándonos de todo, con la mente en blanco, preparados por no tropezar, pues es lo único que podemos controlar: El resto de elementos vienen impuestos por la suerte: Tu caes, tú no.
Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!, el silbato ha sonado, así que salimos del abrigo y nos lanzamos en parejas a correr... mi pareja al de poco puedo verla tratando de abrirse camino campo a través, lo cual la hace ir más despacio a pesar de ser un camino más corto...
Esquivando agujeros, charcos y apuntando a un enemigo invisible, corriendo al ver acercarse las rafagas...
Exhaustos, empapados, estamos a 100 metros, a 50, 10... y llegamos a casa!!! Vaya día de perros
Y es que al ir a la ofi hacía sol, pero la vuelta ha sido un infierno. La gente, a la salida de la oficina, se encontraba un diluvio impresionante con unas rachas de viento que hacían imposible el uso del paraguas.
Y claro, todos apiñados en la puerta, hasta que le hemos echado valor y hemos salido. Bueno había charcos que te llegaban a mitad del tobillo.
Lucía ha intentado marchar campo a través por un solar, pero al final ha tenido que volver al camino.
Yo iba como si llevase un fusil con bayoneta, a la carrera, con el paraguas de frente para luchar contra el viento y esquivando las riadas que bajaban por la calle y subiendome a la acera para que evitar que los coches al pasar me salpicasen.
La cosa era salvarse, porque madre mía que diluvio!!!
Al final hemos llegado, pero como una sopita!! Cuando pensabamos que como en la peli del jovencito Frankenstein las cosas no podían empeorar, toma, al día siguiente nieve!!
Al final hemos llegado, pero como una sopita!! Cuando pensabamos que como en la peli del jovencito Frankenstein las cosas no podían empeorar, toma, al día siguiente nieve!!
Por cierto, ayer alcancé el record de mensajes, así que gracias todos vosotros fetichistas que utilizasteis mi blog como altar Luciístico o como locutorio... Gracias!!!
4 comentarios:
Voy a ser la primera en comentar!! Yujuu! Como una sopita, no? mmm, debes estar rebueno como una sopita.
¡¡No mates al pato!! >_<
Vaya diluvión debísteis tener, esos momentos de desesperación e intentos de supervivencia debieron ser muy intensos.
Aunque después vale la pena, porque cuando llegas a casita te haces una sopita calentita (a ser posible no de uno mismo) y te enrollas con una manta bien gordita... que bien te sientes >_<
Lucía volvió al camino cuando el solar se le acabó!!!
Así se escribe la historia.....
La verdad es que yo salgo más rico a la parrilla, aunque bueno, tengo buenos huesos para un buen caldo!!
Lo que tiró aquel día... ufff
La próxima vez te saco fotos, luchando en el cenagal!!
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