Fui sin Lucía, pues ella andaba desatada por el desierto y a mi me apetecía una birrilla. Estaba tomando el sol en nuestro balcón, el cual tiene unas rejas q en dos meses me permitirá lucir morenos estilo hermanos Dalton, cuando Ben me llamó al móvil.
Es un chico americano, aunque debiera decir chicarrón, por es alto y fuerte, nada del tipico gordo. Lo conocimos en clase de árabe y a raiz de ahí nuestras vidas se han cruzado varias veces: Las últimas horas de la Navidad las pasamos con él y con Chris, el otro americano simpático que conocimos en clase, en una discoteca semi vacia. Nos invitaron a una casa a ver la SuperBowl, nos ahn llevado de bolos (No vuelvo a jugar con esta gente ni de palo, ya que me ganaron hasta las tias sin fuerza para lanzar)
Tras la presentación, volvamos al asunto. Me llamó Ben para ir a su terraza a tomar el sol con unas amigas... Estoy yo todavía para lucir palmito, así que le dije que iría al anochecer, y así esperaba a Lucy.
Cuando anocheció, fui para allá, ya que Lucía iba a tardar y no le apetecía salir mucho. En eso me llamó y me dijo que había visto un palmero tirado en la carretera y que habían llamado a la madera.
La verdad es que me dejó bastante frío el tema, ya que me parece algo lógico por las formas de conducción de esta gente así como las temeridades de los peatones, amén de la política de acusar al que avisa del suceso.
Llegué a su terraza, que consistiá en una superficide 10 x 15 m, con mesas, ganzebo y un balancín, con unas vistas espectaculares de Ammán. Allí nos esperaban
martes, febrero 27, 2007
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