Esta visto que las noticias vuelan así que desde que soy millonario soy mejor persona, y como tal soy invitado a eventos de alto copete a alternar con la farandula a los cuales no podría acudir si hubiese seguido con mi miserable vida.

Todo esto me ha hecho preguntarme: Qué tenemos en común el tío de los sellos y yo?? Pues que los dos somos republicanos... bueno, igual esto no pero bueno, que por lo menos salimos en la foto con la misma: La infanta(En inglés Infantry) Cristina!! La verdad es que se puso un poco pesada, pero bueno, al final accedí a que ella apareciese en una foto conmigo en el blog.

(Me acabo de dar cuenta de que tenemos muchas cosas en común el rey y yo. Tendremos que hablarlas la próxima vez que coincidamos. Como ahora soy archimillonario, seguro que tiene unos minutos para agasajarme...)

Pues eso, que como colofón al mega festival del humor que hemos tenido, por fin tocó disfrutar de algo que no habíamos tenido que organizar nosotros: Una cena de gala con el menú creado por el crítico gastronómico de "El País" y cocinada por dos cocineros españoles de renombre(Uno salía en la tele) con la presencia de la infanta Cristina y la Princesa Alia, hija de la tercera mujer del fallecido rey Hussein (Ojo, nota friki del post: Esto podría ser como en el el señor de los anillos: Arndor, hijo de Denethor y sobrino de Pelendor...). Antes de ello, un mini concierto de arias de ópera en español para ir haciendo boca y úlcera en el estómago pensando en el menú.

Je je, no salimos en el Hola por medio metro, ya que estábamos sentados justo una fila detrás de Cris... la fila de detrás eran todo seguridad!! Así que estaba el aforo a tope.

La embajada se lo curró y decidió sentar a la gente uno a uno, por lo que Lucía y yo no nos sentamos juntos, así que tocó sacar la vena diplomática para hablar con la gente de banalidades. Al principio, todo era dar la razón, que si tus proyectos los tienes bien planteados y son garantía de éxito seguro... Cuando el tinto fue coloreando mi copa, ya me empezó a parecer peor eso de darle la razón; a los postres le escuchaba y le comentaba que en fin, cuando acabase la beca hablaríamos del futuro y de cómo mejorar el negocio.

La presentación era estupenda: Banderas de los dos países (Que ahora decoran mi habitación), mil cubiertos, un menú muy mono (Imprescindible en estas cenas en las que a primera vista es imposible saber lo que tienes en el plato), tarjetitas con el nombre de cada uno.... todo ello forma ahora parte de mi cuarto.

La verdad es que la cena fue bastante correcta a pesar de que:

- Había que estar haciendo gestos continuos al camarero del vino para que el maná colorado no dejase de fluir sobre la mesa.

- No se podía gritar "Viva los novios" o "Viva el rey... de copas"!!

- Aplicación extrema del protocolo: Cuando la realeza acaba de comer, automáticamente el resto de comensales deben dejar sus cubiertos de la mesa, y cuando se va, la cena se da por terminada.

A raiz de esto, cuando nos sacaron el arroz con leche y las torrijas, no sé si porque el rey tiene a las niñas a régimen, la Infanta se levantó y se piró. Para mi aquello fue el caos: 8 meses sin probar semejantes regalos culinarios no iban a acabar así, tan cerca y a la vez tan lejos. Así que mientras la gente se pnía de pie y miraba como se iba, yo, de mesa en mesa, calzándome a bocados las torrijas que no se habían podido repartir... eso es saber estar!!!

Lucía y yo nos turnamos para hacernos las fotos. Es una pena que no hayan salido en las que le daba la mano a toda la realeza hispana y jordana (Malditas baterías) y en la que el embajador la presentaba: Alteza, aquí la becaria.