Y aquí va la segunda parte del viaje a Aqaba con los chicos CECO.

En portada un cachorrillo que dio la anecdota tierna de la noche. Como habreis visto en algún otro viaje, Lucía viaja con un osito de peluche llamado Cuki, que suele ser el blanco de secuestros, maltratos y algún que otro intento de sacarle un ojo así como de algún comentario por parte de los árabes, que no están habituados a esto.
La cosa es que al entrar en el complejo de bungalows donde íbamos a dormir, el dueño le dijo a Lucía que le cambiaba su peluche por otro. Ella, imaginando un futuro para Cuki vestido con chilaba, descalzo y pies negros, con bigote y rezando 5 veces al día, se apresuró a decir que NO y a apretarlo con más fuerza. Pareció que el hombre no insistía, pero al recoger los pasaportes de la recepción volvió a ofrecerle el cambio. Lucía volvió a cogerlo con más fuerza si cabe, por lo que él decidió enseñarle el suyo... y nos trajo un cachorrito de perro super bonito y que a mí me recordó a mi Lucky, mi pastor vasco de Bilbao. En la foto chupándome el lobulillo!!
Muchos direis que es antihigiénico y que no querreis mordisquearme el lobulillo nunca más, pero para que no os sintáis tristes, deciros que en Jordania apenas hay perros, aparte de los que viven salvajes en el desierto y cuyos cadáveres decoran los arcenes de la autovía. En el viaje con Jason, de Amman a Aqaba contamos 16. En este último lugar no he visto aún ninguno, más allá del cachorrillo, por lo que pued decirse que no había tenido la oportunidad de degustar ni una cañita...

A lo que vamos, la noche comenzó con una cena frugal, tan frugal que yo pensaba que eran los entremeses. Y después... marcha!! Casi 4 litros de vodka para los cequeros más invitaciones especiales puntuales a nuestros compis franceses (No olvidamos Trafalgar). Claro, alguno que viene de la capital de la moda en la que casi no sale y otro con más ganas de marcha que Pocholo, supuso que al de poco aquello se desmadrase.
Teníamos pinchando con su Ipodo (Así es como llaman al Ipod tratando de españolizarlo) a Marco, el chico del susto con el contenedor de gatos, el cual nos amenizó con temas legendarios como "El venao".
Si combinamos estos éxitos intemporales con mezclas de Vodka con Red Bull en proporciones Lúcicas, pues nos encontramos con Julio con las sandalias en la mano bailando y Borjita dándonos una auténtica exhibición del "baile de los focos" " el fuego infernal que todo lo derrite"y el clásico "Paquito el chocolatero en alpargatas".

El alcohol iba haciendo mella en todas las nacionalidades lo que iba tornando aquello en una especie de infierno de Dante: Los franceses tratando de instaurar su costumbre de besar a los hombres al saludar (Ahí está la foto que demuestra tamaña felonía), Julio bautizando el suelo con Vodka y Marco a puntito de fenecer decapitado ,cada vez que saltaba de la barra, por un ventilador de techo.
Puedo considerarme un héroe ya que yo apenas bebí y soy la memoria histórica de la noche y puedo contar lo que aconteció y no lo que la gente cree que pasó.

A las 4, llegó el culmen de la noche: Alguno se mantenía en pie supongo que por la diferencia de presión entre el suelo y su cabeza y las corrientes de aire caliente. Marco pedía a gritos cualquier combinación de alcohol y gas (Estupendo coctel de Whisky con vino y cola) , y a mí me tenía negro ya alguno con sus sandalias por lo me surgió la idea de un baño forzado en la piscina.
Tras haber encuestado al personal sobre el grado de sionismode cada uno y hacernos saber que "Aquellos que te sellan el pasaporte y te estigmatizan en el resto de la zona para el resto del año" tienen la mejor democracia de Oriente Medio, la idea de tirarlo al agua paso a hecho confirmado.
Ante la pregunta al dueño de si había algún problema en tirar a alguien vestido a la piscina, su respuesta fue que sí, que no eran horas y tal. Cuando le dije quién era el candidato, su respuesta fue: Por favor, tírale que si eso te ayudo yo...

Dicho y hecho, con la inestimable ayuda de Borja, el cual sabe lo que es la camaradería, Julio acabó cantando sus canciones sobre Carmina vestido en la piscina. Supongo que por sentimiento de culpa o similar, los 6 españoles acabamos en el agua (Con bañador) junto a una chica colombiana que la pusieron a remojo para ablandarla (A buen entendedor...)

Y bueno, el final fue algunos durmiendo la mona y otros viendo amanecer en el desierto entre discusiones de si debíamos llevarnos al perrito o no...

Adjunto foto final que por las caras se ve quién se pasó y quién no llegó al precio justo, je je. Siento que no haya videos pero es que no consigo comprimirlos.

Mañana, un nuevo episodio de la saga de viajes de Los Innombrables: Tormentas de arena, problemas fronterizos, contrabandistas y demás, mañana en el mismo sitio que no a la misma hora.