Bienvenido Mr Marshall

El jueves recibimos con alegría a mi amiguete Jason, aunq creo q ahora ya puedo decir nuestro. le conocí en el 96 durante un programa de intercambio y hasta hoy.
Aprovechando que el finde nos íbamos de pirulo turístico, alquilé un coche para ir al aeropuerto a recogerle. Un Hunday berlina q tenía pinta muy chula. De hecho el mismo vendedor me dijo: "Very good car, my friend!!" (Qué horrible tentación de contestarle: Be water!!...y hace una hora que tendrías q haber traido el auto))
Y salvo los roces en los laterales, parecía cojonudo a ese precio. Ya cuando me monté, y arranqué, me di cuenta que el velocímetro no funcionaba y el retrovisor del piloto estaba roto. Eso sí, era bastante potente, algo que me vendría bien durante el finde, como ya contaré.
Así q allí me fui, por la autopista, poniendome a rebufo de los coches que me pasaban, ya q como no sabía a qué velocidad iba y ya me calzarón una recetita, pues mira, si te paran a tí, me paran a mi.
Cuando le vi salir de la terminal, fue como mi vida en segundos (Yo con 8 años------------->, etc...). Casi 3 años sin verle y los viajes q nos hemos pegado y todas las cosas q hemos pasado: Redadas en Chinatown, viajes de 3000 km en un "Escarabajo", gitanas de la buena ventura en Sevilla... q nos depararía su visita??
Después de preparar todo, nos juntamos con nuestros valencianos para ir a cenar algo sencillito, q el colega vendría rendido. Total, como esta gente de Valencia son unos perdidos, ya nos preguntaron q a ver q tal una última en nuestra casa (Eran las 11).
Para paliar el frío, decidimos enchufar mi estufa de 2000 watios en una regleta en la que ya estaban el sintonizador del satélite y la tele. El resultado lógico fue q en lo q tardé en ir a por hielos a la cocina ,oí un chasquido, un grito(Lucía , claro) y un humillo q pensé q se habían puesto a asar sardinas, ardió el triple. Los electrodomésticos no sufrieron, pero del chisme se fundió hasta el cobre del chispazo-llama q salió.
Yo me los encontré, entre humo, con cara de susto, ojipláticos pero sin soltar las copas. Estos en el Titanic se hubiesen hundido con el minibar.
Para finiquitar, después de haber calentado motores (Nunca mejor dicho) y dejar a Jason lidiando con el Jet Lag, nos fuimos a una fiesta q nos habían dicho q sería hasta el desayuno... q resultó ser como el de los monjes: A las 3 de la mañana solo estábamos nosotros y un tío barriendo. Y como un barco en zozobra en mitad del temporal, algunos se iban hasta a pique, nos retiramos q al día siguiente tocaba viaje.