lunes, julio 02, 2007

Uuf, qué sueñito que tengo... menos mal que hoy se acaba la semanita y luego va a caer una siesta de manual.
Como iba contando...
Esta foto la he sacado de internet ya que mi estupenda cámara digital no saca fotos con nocturnidad.. bueno, siendo justos, no saca fotos del cielo y tal.
Me desperté a las 3 de la mañana, mirando al cielo. Era una pasada, como las fotos del espacio que mandan el Hubble y cía. Como estar en la luna y ver la inmensidad del cielo.. miles de estrellas, y la luz de la luna (Hay que ver lo que ilumina la jodía cuando no hay contaminación lumínica) sobre las dunas, con una claridad que impresionaba. Y ante todo, silencio: Ni grillos ni ranas ni leches. Nada.
El que no haya visto el cielo así, no se puede morir aún. Y si venis a Jordania, una noche en el desierto es obligada o estareis muertos por dentro.
A las 6 de la maña tocaron diana. Como buenos alemanes, ni un poquito de remoloneo en la cama o quedarte mirando la inmensidad: Desayuno, recoger y pirar.
En 30 minutos aquello quedó inmaculado, solo con las marcas negras del suelo fruto del del fuego para la barbacoa.
A las 6 y media de la mañana hacía un calor ya que bueno, ni en Madrid en sus mejores momentos del verano.
En la previa a arrancar, después de volver a comprobar GPS y los motores de los Panzer, establecimos el plan del día. Si a la 1 de la tarde no habíamos conseguido nuestro objetivo, habría que darse la vuelta, ya que el viaje de vuelta iba a llevar tiempo y lo peor que te puede pasar es buscar el camino de noche en el desierto (Al día siguiente tocaba currar y aparte de cerveza no quedaba comida ni bebida).

Así que continuamos, de nuevo a través de las pistas de arena entre los mares basálticos. Las vistas eran impresionantes, como estar perdidos en mitad del océano: Se veía hasta el horizonte, plano, muchos kilómetros a la redonda y nada más que nosotros.
Hubo momentos en que el viaje peligraba porque los caminos se volvían imposibles: Grietas de un metro de profundidad y 2 de ancho, insalvables para los 4x4, y menos para el todocamino Suzuki. En esos puntos tocaba tirar por entre las rocas.
Había bastantes pistas de los antiguos buscadores de petróleo y justo en ese tramo el Google Earth tiene un trozo oscuro, por lo que era imposible saber en imágenes cual es la que terminaba en eln confluence point. El GPS se convirtió en ayuda imprescindible, sobre todo en modo brújula, para saber en qué dirección íbamos. La posición del sol, salvo a mediodía fue también un elemento básico en la orientación.
Aquí, en una de las paradas para estudio del mapa, con Ingo, un alemán de los de veraneo en Mallorca. Se sabe de carrerilla todos lo pueblos que costean la isla... este invierno a Lanzarote. (Cómo me gustó aquella isla). Para los interesados, sí, nuestra colaboración en la búsqueda del camino fue nula. En nuestra defensa, diré que los Panzer Truppen se ponían a discutir en alemán cual era el siguiente paso a dar y no eran muy receptivos a la ayuda española. Será que mi acento alemán es muy cerrado?? A las doce, habíamos recorrido 18 kilómetros y nos faltaban aún dos para llegar. El problema es que el puñetero punto se encuentra en algo parecido a la caldera de un volcán, es decir, en el hueco en el medio de una colina de rocas, igualito igualito que Bilbao. La pista que íbamos a seguir originalmente era imposible de transitar por lo que tocó comenzar a rodear la montaña para encontrar alguna rodera o camino para acceder o al menos acercarnos. Caminar dos kilómetros con aquel calor... imposible.
Comenzaron entonces los problemas con el Suzuki: Rocas en el camino demasiado altas, campo a través y los continuos baches terminaron por romper la protección del cárter por los bajos. Parada y fonda.
En este momento se descubrió que viajar con alemanes es gloria bendita si se da el caso de una avería. Tenían una caja de herramientas que hubiese hecho las delicias de McGyver y el Equipo A juntos. Así, en 20 minutillos, de nuevo en marcha.
A las 2 de la tarde, una hora más allá de la hora límite de retorno, aún sin haber conseguido encontrar una ruta para llegar, conseguimos al menos acercanos a 900 metros del punto con los coches. Desde ahí había que tirar andando.
Estando tan a mano, no nos podíamos echar atrás. Los anteriores que lo habían intentado, se dieron la vuelta donde la carretera se volvía imposible... No queríamos aparecer en el Google Earth como los que se acercaron pero...
Al final, a las 2.30 pm llegamos al punto de confluencia 32N 38E. Fijaos nuestra banderaza (Se nota quien nos alimenta, eh?) comparada con la esmirriadilla de los alemanes: Morded el polvo, je je. Bueno, de alguna manera había que suplir esa minoría, no? Aquí os dejo el link de la página web en la que se recoge nuestra visita. www.confluence.org/confluence.php?visitid=13967
Después de conseguido esto, ya parecía todo más fácil. Nos quedaban 5 horas de luz para recorrer 100 kilómetros y llegar a As Rak ( O como se escriba. Coño, que pa eso es mi blog) La variación es que pensamos que ahora sería como resolver uno de esos laberintos que traen los pasatiempos de los periódicos, comenzando desde el final hacia el principio. Por ello, decidimos, o decidieron (Malditos), volver en línea recta por el desierto, siguiendo el sol hacia el oeste. Aún podríamos estar en Ammán a las 8 para cenar.
Pues iba a ser que no.
Tras recorrer unos pocos kilómetros y salir de la zona basáltica, salimos al desierto puro, el de arena, vamos, el de toda la vida... aquello ya era Almería pero a gran escala.
Como la conducción en principio se simplicaba ya que aparentemente no había grietas ni nada, pues di el relevo al conductor, el cual pasó a reposar al asiento de atrás, donde Lucía farfullaba porque le hubiese tenido que tocar viajar con él.
El problema de conducir por un lugar vacío, es que no tienes referencias. No hay árboles, o pueblos o montañas de referencia. El GPS se vuelva inutil ya que te marca la posición, lo cual, en mitad de la nada, no sirve de mucho. Y encima, sin cobertura. Como nos quedasemos tirados...
Además, no podíamos avanzar en línea recta, porque había zonas con rocas, dunas o valles sin salida después de unos kilómetros avanzando por ellos, por lo que había que ir haciendo zig zags.
De vez en cuando seguíamos roderas, huellas anteriores, de vehículos que hubiesen pasado por allí, pero la mayoría lo único que hacían era dirigirte poco a poco al sur, a Arabia Saudi.
Lentamente el sol iba bajando y nuestra velocidad no superaba de media los 30 kilómetros por hora.
Llegado el momento, mientras conducía (Que por cierto, me lo pasé bomba...conducir por el desierto es divertidisimo, duna arriba, duna abajo), me vino a la mente esta viñeta de Tintín "El país del oro negro". No creo que haya mejor forma de resumir la situación.
Cuando parecía que la situación no podía ir a peor, salió a relucir otro de los puntos débiles del todocamino Suzuki: La poca altura de sus bajos consiguieron que quedase atascado en un banco de arena blanda.
Después de probar a empujar un poco y un olor a embrague quemado importante, no quedó otra que remolcar el coche. El tiempo iba pasando y el sol descendiendo.
Quedaban 2 horas para anochecer y aún nos encontrábamos a 50 kilómetros del destino. Íbamos a andar muy apurados para que la noche no nos cayese en el desierto.
Así, tras 20 minutos perdidos rescatando el coche, tuvimos que aumentar el ritmo, dando gas a través de las llanuras de arena. Por lo menos el terreno acompañaba y era duro, permitiéndonos velocidades de 5o km/h en algunos puntos. Ir tan rápido supuso que, una de las veces que no circulábamos en paralelo (Muy chulo), del Suzuki saliera finalmente despedido el protector del carter que se había aflojado y pasase justo entre las ruedas del coche en el que íbamos. No había tiempo para parar a arreglarlo, así que seguimos adelante.
Cuando nos quedamos sin gasolina, mi mente ya empezaba a pensar en las pelis de In Deana Jones, en las que los malos son alemanes y siempre acaban en el desierto buscando antiguas reliquias con poderes sobrenaturales... Acaso no había visto que loas alemanes siempre espichaban?? Qué maleficio nos habíamos llevado del confluence point??
Menos mal que habíamaos llevado reservas de petrolina en latas, pero para andar muy justos.
Lo peor es que no estábamos perdidos, simplemente que era imposible seguir una linea recta y encontrar unas huellas acertads y sin arena blanda.
Se nos hizo la luz cuando en mitad de la nada nos encontramos a dos beduinos en sus camiones, que nos indicaron como salir del desierto y la ruta más corta y segura.
Sin embargo, fue imposible llegar a As Rak antes de que anocheciese. La noche nos calló a unos 15 kilómetros del pueblo, dejándonos en la oscuridad absoluta y sin un camino a seguir, solo la brújula. Encima, zanjas y dunas impedían seguir recto
Pena no haber tenido la cámara a mano cuando de la oscuridad apareció un camello salvaje.. se nos quedó mirando y después se marchó de nuevo en la oscuridad.
En fin, a las 10 de la noche, exhausto, y tras haber pasado el relevo a Dennis, me dormí. La tensión me pudo.
Cuando desperté, estábamos llegando a casa, a la una de la mañana.
Al día siguiente nos contarían que al final nos cruzamos con unos beduinos y uno de ellos se montó de copiloto y nos llevó al As Rak en minutos. Debimos andar como 30 minutos dando vueltas alrededor del pueblo.
Además, los dos 4x4, al parar en Ammán, no volvieron a arrancar. El todocamino llegó sin problema ninguno.

15 comentarios:

El hombre de los caramelos dijo...

Tomaaaaa, noticia de última hora, ni siesta ni carajo: A una feria!!!!

Anónimo dijo...

tengo que decir que la bandera la compre en los chinos de oviedo cuando fui en marzo... 1 euro... tomaaaaaaaaaaaaa
Y mira que eres envidioso, has tenido que poner justo la unica foto enl a que no se ve labandera de asturias....

satarsa dijo...

bravo alonso!!
(que diría cierto canoso madurito)

vaya viaje, me hubiera gustado estar por ahi de aventurilla :))

satarsa dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El hombre de los caramelos dijo...

Pues la banderita cuesta 24 eurazos en el Corte Inglés, así que para la próxima ocasión me alquilo al país lugar o causa que me provea de banderas.

Pablo, sobornar a los beduinos no tiene sentido: Te ayudan voluntariamente, ja ja!!!

Vaya tocada de breva que va a haber hoy en la feria.

El hombre de los caramelos dijo...

Diox, un comentario suprimido.. ardo en curiosidad!!! Qué habría??

El hombre de los caramelos dijo...

Je je, se acabó la feria. Entrando en modo siesta

Anónimo dijo...

El correcaminos siempre gana...

Por cierto, ¿qué temperatura hace en pleno desierto digamos en pleno mediodía y en mitad de la noche? No es por hacer encuestas, es sólo por saber si sobrevivisteis de milagro...

Y me uno a la envidia generalizada, tu nombre ha quedado grabado en la historia...

Anónimo dijo...

Envidia,... pero yo me hubiese muerto de miedo!! o por lo menos de agobio!! Me alegro que al final todo saliese bien,...

Un beso!!

El hombre de los caramelos dijo...

Yo creo que rondaríamos los 40 y pico grados. La putada es que no hay sombras ni brisas, por lo que sientes que te recalientas!!

El agobio era no llegar a currar al día siguiente.. sabíamos que alguna vez saldríamos!!

Jill dijo...

¡Qué envidia! >_<
El final del viaje ha sido lo más divertido, un viaje sin imprevistos no tiene gracia. ¡Las historias que estás recolectando para tus nietos!

Un saludo desde el aire fresco y el calor leve de Mallorca xD

XinOnomantonio dijo...

Qué gran relato Íñigo!!

Me ha encantado leerlo enterito, aunque me ha llevado un buen rato. La noche en el desierto y conducir con el todoterreno son quizás las cosas que más envidia me dan de vuestro viaje...tiene que ser impresionante

Me alegro de que al final no os pasara nada...qué aventura!

Un abrazo!

Anónimo dijo...

Qué pasa¡, los alemanes no han leído a Garbancito, para la próxima ya sabes: vas echando miguitas y por lo menos sabrás volver, a ver si encuentras el cuento en ersión alemana. Y qué sangre fría la tuya¡, me imagino a todo kiski acongojao, y tú sobando, ¡ El Doctor Iñigo, supongo¡. viva la siesta made in spain, eso os enseñan en el curro?.

El hombre de los caramelos dijo...

Der Garbanciten. Si la putada fue volver por otro camino para acortar.

No fue dormirse, simplemente una gestión eficiente de las energías.

Anónimo dijo...

qué aventura!!!! menos mal que estáis sanos y salvos!
beijinhos!