Jueves, 5 de la mañana. Noche cerrada sobre Amman y nosotros tres encontrándonos con el taxi que nos llevará a Beirut, puntualísimo. Un Mercedes E 230; creo que es la primera vez que el coche se corresponde con el que aparec en la tarjeta de la publicidad.
Nos habían dicho que el viaje dura unas 7 horas, pero el taxista se comprometió a hacerlo en menos de 5.
Todo pintaba perfecto hasta llegar a la frontera Siria: Menos de una hora desde Amman.
Peeeeeeeero, al cojernos los pasaportes, nos preguntaron que cuando habíamos estado en Israel. No teníamos ningún sello de allí, así que le dijimos que nunca ( A Lucía le faltó escupir)Si dices que has estado, ya puedes olvidarte de entrar, debido a los problemas por todos conocidos. En tonces no señaló unas pegatinas en la trasera del pasaporte: UUups.. ya había dicho que no habíamos estado en la Tierra Prometida por lo que ya tocaba ir con la mentira hasta el final. Le dije que eran pegatinas del ministerio nuestro (En su día llevaban un codigo de barras y tal, pero con el tiempo se han quedado blancas) ... casi cuela hasta que los soldados que ya eran cinco mirando los pasaportes, sacaron una fotocopia de un pasaporte con la pegatina sin borrar y vieron que el tamaño coincidía, así que directamente me dijeron: No, venga, de verdad, cuando habeis estado en Israel... Ahí tocó hablar de que Jerusalem no es territorio sionista, q si tal, q si cual... Vamos, que nos dijeron que teníamos que esperar cuatro horas... a ver si nos autorizaban a cruzar Siria para llegar a Beirut.. la gran putada era el transporte, pues el taxista tenía que estar en destino a las 11...
tras varias amenazas de dejarnos tirado, el oficial de fronteras le dijo que más le valía esperarnos. No sabíamos que hacer para que nos dejasen pasar: Lucía le miraba y le echaba sonrisitas combinadas con amago de llorar, yo le miraba resignado y Pablo, bueno, Pablo en su bulgaridad: "Vamos a colarle un billete en los pasaportes y a decirle que Lincoln nos da el visado". Al final, después de las 4 horas, nos dejaron pasar. En el interin, vimos como denegaban la entrada a una americana por la cara.

Rumbo a Líbano!!!

LLegamos a las 2, y estábamos más perdidos que Marco el día de la madre. Nuevamente, el Bulgar tuvo la gran idea de alquilar un coche. Así, desorientados, se nos apareció el doble de Leslie Nielsen, encontramos una agencia donde alquilamos el pequeño obús que nos llevaría por el norte del Líbano. Sirva la foto para mostrar la amabilidad árabe y sus relaciones. Ir cogido con alguien es símbolo de amistad y cariño, por lo que el hecho de que el hombre me llevase del brazo es un gesto que valoré muchísimo.

Primera parada: Byblos. Un pequeño paraíso en el Mediterraneo, sin turistas debido al miedo existente por la fama que le han dado al país. Qué dos horas tan increíbles pasamos, sentados mirando al mar, visitando sus ruinas romanas, su puerto pesquero.
Yo creo que tiramos como 50 fotos solo en este pueblito.

Os pongo dos fotos en plan paisaje para que os hagais una idea. La del puerto es el enésimo homenaje al contraluz de mis libros de religión... cuánto mal nos hicieron aquellas fotos a contra luz.

Después seguimos camino al siguiente pueblo, Trípoli, ya de noche. En estas carreteras por lo menos no había maniacos suicidas cruzando por la autopista.

Nuevamente un gesto amistoso que te llega muy dentro por parte de libaneses. En una rotonda le mande a mi copi, el bulgar bulgaro a preguntar a 4 árabes sentados en una mesa tomando té. En cuanto se dieron cuenta que estábamos perdidos busacando el hotel que indicaba la Lonely Planet tiraron el cafe al suelo y se montaron corriendo en el coche y nos hicieron seguirles. Lo mejor de todos esto, es q es gente que no te guía porque le pille de camino... lo hacen para luego volver a donde estában.

Como estábamos rotillos, tocó cenita... pero qué cena!!! Como ha contado Lucía, le preguntamos a un señor y él nos llevó a un sitio y le metió caña al dueño para que nos pusiera todo de todo. Esta foto no representa todo lo que nos calzamos porque según acababamos algún plato, nos traían más. Al retirarnos para casita, un chaval nos indicó que nos esperaba el señor de antes en su casa... así que como nos pareció un poco feo pirarnos por la cara, nos subimos.

Hale, toda la familia en el salón. A un lado nosotros, al otro lado la mujer, las hijas, el yerno y un niño tetón.
En el medio nuestro anfitrión y dos viejillas estilo fabada, de poco más de metro y medio, descalzas y pañuelo en la cabeza, nos daban té... nos pedían que nos quedasemos, que hablasemos por la noche y sacarían más comida... tentador pero quién puede resistirse a dormir en un cuarto como este???
Según la guía Lonely, el sitio era "correcto pero limpio". Juzgar por vosotros mismos... a mi me parecía que ciertamente limpio estaba, lo que pasa que igual le fallaban un poco los acabados...
Quizá el fallo fue no estar de ácido hasta las orejas como el artista de la Lonely...

La foto de los baños me la reservo para mañana.