IN DA GHETTO

Bueno, después de 6 meses casi, creo que es hora de mostrar un poco el barrio en el que vivo, o bueno, más concretamente el camino que hago a diario para ir a trabajar... o por lo menos para ir a la oficina. O por lo menos así cumplo con las exigencias de algún opinante.
Estamos a tiro piedra: No llegará a los 600 metros, unos 6 - 7 minutos andando.
La mayoría del camino la hacemos por la carretera, ya que en las aceras tienen unos estupendos arboles de rama baja ideales para quitarte las lentillas sin usar las manos.
En la foto satélite podeis ver, desde el cielo, el caminito que seguimos marcado en rojo. Os fijareis que hasta he hecho el giro de la rotonda.

No obstante, os voy a poner unas fotillos a nivel de calle para que lo podais imaginar.
A su izquierda podrán observar el primer tramo: Ligerísima pendiente con poca acera (Como le gustan a Lucía) y sin alcantarilla, lo que lo convierte en estupendo riachuelo la caida de 4 gotas. Este tramo es crucial, ya que es el punto de no retorno. Si ya has llegado al final de la calle cuando te das cuenta de que te has dejado los donuts, no hay vuelta atrás.
Giramos a la derechona (Para el lado que escribís) y comenzamo un pendiente descendente, similar a la que acabamos de hacer, pero aquí ya te puedes dehjar llevar por las torronteras creadas por la lluvia. Como nada más pasado el giro hay una embajada con un tio con una metralleta, saqué la foto al reves, por lo que estais viendo el tramo que ya he recorrido, al final de la recta más larga. No me pareció prudente incluirle en la foto. No se aprecia, pero hay una isleta en una de las intersecciones que te puede salvar la vida en un día de lluvia.

Finalmente, giramos a la izquierda (Pal otro lado, chata) y encaramos el gran solar al final del cual, donde pone AGI está el lugar innombrable, con aquellos de los que no hablamos. El edificio de la izquierda, es el Hotel Ambassador, donde pasamos las 3 primeras noches y que me llevaron a pensar qu habíamos aterrizado en Afghanistan... Otro día os pongo el rótulo, pa que os entre miedo.
Me gustaría que por favor os fijaseis en la acera, por llamarlo de alguna manera. Cuando llueve, se estanca, cogiendo profundidad de tobillo y una capacidad deslizante digna de Humor Amarillo, por lo que es intransitable. Solo quedan dos opciones: Ir por la carretera, opción que deshecha debido a sus aún más profundos charcos que con el paso de los coche producen Tsunamis contra los que no existe paraguas. la segunda opciones ir por el murete blanco bajo que hay.

Atención artistas que el trapecista está en la pista. Podeis verme, de traje, con un paraguas y con un pie detrá del otro, con un viento que convierte el paraguas en una vela. Pues ahí voy yo, como en el circo, manteniendo equilibrio con brazos y paraguas e intentando que la corbata no se me meta en los ojos.
No sé si es visible, pero los bordes de las aceras alcanzan los 40 cm en algunos puntos, para evitar que se inunden, ya que que salía más barato levantar las aceras que construir un alcantarillado.
Y con esto, ya estamos en la oficina!! Mañana tengo una sorpresa!!!